martes, 1 de julio de 2008

Bicicletas Contra Decir



Mi inspiración comienza a extinguirse con el pensamiento real. Confío poco en mí suerte, jamás derivada en buenas acciones. La aparición de la dimensión de lo impensado me fascina. Te leo, me lees, sabemos que existe, pero desconocemos la fuente de donde emana lo tácito.
De repente, mis acciones mutan otra vez, tal cómo mi delirio lo había sugerido. Acá no hay razón, ni caprichos... ésto es el discurrir, lento, mientras sangra el inconsciente más lúcido que nunca y juego a creer que digo la verdad, pero en realidad, no existe "La Verdad". Y menos aquí dentro.

Juguemos a crear la nada misma... y que ahí dentro, estoy yo, muerto de miedo, esperando...

que el otoño sea dorado sobre una calle de Mar Del Plata...
que un señor me miré pasar desde la ventana de un edificio coqueto...
que el silencio de la rambla guarde mis pasos en Mayo...
que me canse de sufrir ciudades sin ojos...
que el tiempo tenga piedad de mí frágil memoria y no olvide nunca...

y la historia cierre, por fín, definitivamente, todo ha sido tan verosímil....

Pero igual de falso...

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