jueves, 3 de julio de 2008

Investigacion de Campo

El siguiente texto lo escribi para mi anterior el blog que quedo abandonado por ahi, lo encontre de casualidad y me parecio justo que sea parte de este nuevo espacio. Por ahora, la mirada surrealista le sigue ganando a la cronica. En etapas, este resulta el mejor maquillaje...


Investigacion de Campo


Desde ese día, deje de pensar en ella.

Recuerdo muy bien cuando solía decirme: “Dejá de vivir para mí!”. Entonces, busqué mi mapa interior nuevamente. No sería la primera vez que me jugase una mala pasada.
El otoño se hizo más plomizo y abandoné la eterna melancolía de vivir en otras personas, sobre todo de aquellas que amo. Redescubrí mi amor por las calles, volví a caminarlas y a comprenderlas. Hacia de mis viajes emocionantes análisis sociológicos del entorno para luego sumergirme de vuelta en las consternantes preguntas que se desprendían de los pensamientos.
Reflexioné con aquellos que dormían en las veredas. Me horroricé ante la mierda de los perros convirtiendo mi paseo en una rayuela eterna dentro de la ciudad. Dicho paseo de saltos, se alterna con insultos filosos, a veces susurrados y a veces exclamados con la mirada al cielo.

Y mi angustia se desvanecía.
Dejaba de hundirme en mi propia soledad mientras buceaba dentro de la vida de aquellos que eran parte de mi mirada investigadora. "Triste vida la del poeta y sus intentos"

Encendí un cigarrillo y las formas de humo emergieron como suspiros. Primero nerviosos y desordenados, luego relajados y sutiles.

Recordé a ella quejándose siempre por mis conductas irracionales y me observe a mi mismo adivinando la forma de su corazón, dibujándolo lentamente con mis dedos temerosos sobre su pecho. Contemplé las formas y los procesos de las personas a través de mi lupa y pude ver mis pesares más profundos en ellas. Acerqué la lente al centro del objetivo, indiscretamente y pude verme otra vez, esta vez mucho más nítido.

Era yo mirándo a ellos, reflejándome en sus cuerpos que devolvían mi imagen contradictoria.
Era mi mirada superadora y ausente en un tubo de ensayo.
¿Por qué soy el objeto de estudio?
¡Nada deseo menos que ver lo que hay dentro mío!
¿Quién conoce la forma de mi corazón mejor que yo?
Entonces pude alejarme, cerrar los ojos y así lograr ver mejor.

Esta vez, pude observarla a ella con mi corazón en sus manos, sin saber que hacer y sobre todo sin conocer sus formas. Me di cuenta tarde y para siempre.

Nunca podrá comprender mi corazón, por no conocer las verdaderas formas del que habita dentro suyo.

1 comentario:

Soh dijo...

grosso blog m3n , la ruleas (Y)

Sl2